Las deliciosas naranjas, ofrecen excelentes beneficios para la salud, especialmente por la vitamina C que fortalece al sistema inmunológico, y nos protege de contraer infecciones, resfriados, problemas de la piel y trastornos digestivos al efectuar funciones de limpieza en el tracto intestinal y combatir el estreñimiento.
Los mismos efectos de limpieza y estimulación se producen en el hígado y páncreas, cuya contaminación por acumulación de grasas es la causa más frecuente de diversos trastornos, como dolores de cabeza y mareos. La vejiga, e incluso la próstata, se benefician del consumo de este cítrico que, por sus propiedades diuréticas, facilita la eliminación de esas sustancias que se van depositando.
Sus fibras de celulosa facilitan los movimientos peristálticos necesarios para que se produzca la expulsión de las materias de deshecho. La naranja, además de provocar la expulsión, limpia el tracto intestinal y destruye la flora microbiana patógena del colon con una eficacia superior a la de los laxantes químicos.
Cura de naranjas
Comer la fruta fresca entera como único alimento a lo largo de tres días y es importante tomar en cuenta que antes de poner en práctica una cura de naranjas, se debe tener en cuenta la actividad que se va a desarrollar puesto que el descanso la hará más beneficiosa. Tres días de dieta a base de naranja, efectuada en un lugar tranquilo y acompañada de paseos relajantes, aire puro y respiraciones profundas darán muy buenos resultados y más de una jaqueca como consecuencia de la movilización de residuos que ya han comenzado a expulsarse. Por ello, un largo fin de semana es una buena ocasión para esta limpieza del organismo.
Si no puede hacer la cura de naranjas durante los tres días, pruebe a comer tres naranjas partidas en cuartos como cena cada noche. Efectúan una curación automática del estreñimiento lo que brinda muchos otros beneficios para la salud.
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